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Arquitectos: studio mk27 - marcio kogan
- Área: 785 m²
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Fotografias:Fernando Guerra | FG+SG
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Proveedores: Pedras Bellas Artes, Plancus, Tresuno, mado
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La posición de esta casa fue cuidadosamente planeada para preservar la naturaleza alrededor y respetar los rigurosos límites de construcción. Ubicada en un terreno con pendientes acentuadas, en medio de una selva tropical, la implantación enfrentó desafíos tanto en el diseño como en la construcción. Fue necesario equilibrar con precisión los puntos de acceso, las vistas y la viabilidad del proyecto.
El prisma blanco, suspendido por una secuencia de pilotis, parece flotar sobre el terreno, tocándolo mínimamente. La entrada principal, accesada por una escalera en espiral, conecta la terraza con las suites. Esta solución elimina pasajes internos entre los espacios, ofreciendo una experiencia única y directa con el clima, los vientos, los aromas y la luz de la selva.
En la parte superior del prisma, una plataforma elevada se abre sobre las copas de los árboles. Una estructura ligera y discreta, situada dentro de los límites de la plataforma, protege el área de estar, rodeada por marcos móviles. La transición casi imperceptible entre los espacios internos y externos proporciona una constante sensación de inmersión en la Mata Atlántica.
El diseño de interiores celebra exclusivamente la cultura brasileña, combinando diseño contemporáneo nacional, artesanía tradicional y obras autorales en cada detalle. La Canopy House es un homenaje a Brasil, uniendo su naturaleza exuberante a la diversidad cultural inigualable.
El cobogó, creado especialmente para esta casa, proyecta sombras que pintan el interior con patrones únicos, en constante mutación a lo largo del día. Este efecto añade una capa de textura a la rica composición de materiales. La paja aparece en detalles como los colgantes de Israel Piaçava, mesas laterales y hasta en una pared entera. La diversidad de tejidos se revela en las alfombras, redes y sillones, como el icónico Vivi, de Sérgio Rodrigues. La madera, en su versatilidad, surge en los paneles deslizantes de muxarabi, en la mesa de centro de Pedro Petry y en la escultura de José Bezerra. Finalmente, el concreto completa el conjunto atando toda la composición en una sinfonía armoniosa.